Este no es un libro. Es un recordatorio con ruedas. Un espejo retrovisor del alma cívica. Una forma de leer el tránsito como quien lee un poema urbano escrito entre líneas de pintura y silencio.
Llevá este manual en la guantera, en la voz, en la docencia, en la radio, en tus hijos. Porque conducir bien no es llegar antes. Es hacer que todos lleguemos.